jueves, 10 de junio de 2010

15.-La calma que precede a la tormenta.


Faltan pocos días para el acontecimiento. No importa cuál, es un ejemplo. Pero no dejas de pensar en ello y divagar. Ya sea un concierto, un viaje, un casquete... La mera idea te motiva, parece que cuanto más te aceleres menos tardará en llegar. Por suerte o por desgracia, no es así (evidentemente).

Me viene a la cabeza ese momento justo antes de empezar un concierto. Las luces apagadas, se nota la tensión el aire. Cada segundo que pasa aumenta un poco más. Sin previo aviso, todo comienza. Un riff y notas el mundo explotar, casi cuesta diferenciar los gritos de la música. Pierdes a tus colegas y te dejas llevar por el momento.

O siendo un poco más mundano y pasteloso, el momento antes del primer beso (me refiero algo bonito, no alguien que te encuentras una noche aleatoria). Las miradas se cruzan, no hay quien aparte la vista. No ves el momento de lanzarte, pero alguien tiene que dar el paso. Al final sucede, por suerte. Al menos la mayoría de las veces, o eso quiero creer...

Pues más o menos así estoy yo. Mañana a León, a pasar un día increíble con mi ardillita, y el lunes a ver a Metallica a los Madriles =D

A ver si os pensábais que este blog iba a ser todo cosas buenas, también tendré que dar un poco de envidia, digo yo.

Taaaalueguín

1 comentario:

  1. Reitero lo de Poeta. Sorpresas te da la vida... Enhrabuena por la ardillita, son difíciles de econtrar!

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